sábado, 25 de febrero de 2012

REÍRSE DE UNO MISMO ES UN GRAN DEPORTE


El Rey es un tío campechano. Creo que todos en España asocian "campechano" con el monarca. Y no es que sea de Campeche, porque el Rey es un español de Roma de pura cepa, sino porque se comporta con llaneza y cordialidad, sin imponer distancia en el trato. Hay que reconocer que el Rey es así, y no todos los reyes lo consiguen, ni lo intentan. Así que cuando ojeaba el AS y vi este titular me imaginé al rey con el gorro de piscina hasta las cejas, y haciéndose unos largos con su estilo majestuoso. Porque lo de nadal se hace con bañadol, y el rey que es muy llano, disfruta de estas aficiones como cualquier otro españolito. Pero entonces comprobé que era la sección de tenis, y entendí mi error. Resulta que el Rey ha recibido a los tenistas españoles que ganaron la Copa Davis, y, charlado con Nadal, le hizo este comentario en referencia al programa de los guiñoles del Canal+ Francia:
- "Estos de los guiñoles son tontos".
Me cae bien este Rey. Muchas veces se deshace de la etiqueta y suelta alguna fresca de este tipo. De una de las últimas se hicieron hasta bufandas.¡¡¿ Por qué no te callas¡¡? es una frase que acompañará a Juan Carlos a lo largo de la historia. Y es que son este tipo de cosas las que hacen que el Rey sea uno más en España. O aunque no lo sea, a veces lo parezca.
Y de tú a tú, hablando con Nadal, me imagino la conversación completa. Seguro que fue algo así:

J.C.R.: ¡Hombre Rafa, como estás, machote¡ No paro de recibirte.
R.N.: Bien, Juan Carlos... y tú? ¿y esa pierna?
J.C.R.: Bueno, ahí tirando...me duele un poco, pero imitar a Chiquito no me cuesta nada.
R.N.: ¡Ah¡ pues eso está bien... que grande Chiquito.
J.C.R.: Oye Rafa... un día que salgas por ahí dale un toque a mi yerno el del balonmano, y con un poco de suerte le ven contigo, le hacen unas fotos y vamos lavando su imagen...¿qué dices?
R.N.: No sé, Juan Carlos... nosotros vamos a otro rollo... el se aburriría con nosotros. No entendemos de paraísos fiscales, apropiaciones indebidas y esas movidas.
J.C.R.: Ya... que putada... pues un día que vayas a Washington dale un toque y a ver si lo metes en vereda.
R.N.: Venga vale... pero creo que es un caso perdido. Anda que, vaya suerte, ¿eh Juan Carlos?... tu que podías elegir entre un país entero y parte del extranjero y te metes en casa a estos dos piezas.
J.C.R.: Calla, calla, no me lo recuerdes que se me ponen las venas negras... vaya ojito el de las niñas. Cuanto más altos más tontos.
R.N.: Bueno, bueno.... esto pasa hasta en las mejores familias, ¿eh?
J.C.R.: Que cabrón... oye, otro tema... has visto los guiñoles franceses. Esos de los guiñoles son unos gilipollas.
R.N.: Va, no es para tanto.
J.C.R.: Bueno, pues son tontos... me voy a tomar algo...

Y ahí se va el monarca a por Feliciano López que le gusta más el alpiste. Y es que parece que las cosas que tienen gracia sólo la tienen si la gracia la hace uno.
Entonces pensé que si este asunto había molestado al primero de los españoles debe ser algo grave, algo de conflicto internacional. Y conociendo al Rey y su temperamento, sería aconsejable que las riendas de la diplomacia las tomara el presidente del gobierno. Así que, entre presidentes, deberán tener una conversación de este tipo, algo más coloquial que la anterior atendiendo al rango y linaje:

Rajoy: ¿Que pasa, Nicolás?... como vas.
Sarkozy: Bien, Mariano... un poco liado todo el día con Angella apretando nudos de corbata. Bueno, dime, ¿que pasa?
R.: Pues mira... es que estáis tocando los huevos a la gente con lo del dopaje y los putos guiñoles. Hasta el Rey se está quejando. Dale un toque, o algo, a Canal+ y les dices que se corten un poco.
S.: Venga, no me jodas Mariano...¿qué sois... Finlandeses?... ¿no tenéis sentido del humor, o que coño pasa? Bien que os molan los chistes de franceses y no hemos dicho nunca nada... excepto el de Françoise y el tiro, pero porque es un mierda muy gorda.
R.: Ya, Nico, ya... pero es que estáis apretando la reostia en Europa, y tal... y encima con cachondeo... pues la gente se cabrea. Yo que sé... meterle caña a los italianos y así nos reímos todos.
S.: No sé, Mariano... reconozco que es un poco de envidia, y que no ganamos Roland Garros desde Napoleón... pero lo estáis poniendo a huevo.
R.: Ya tío... joder... venga que somos colegas. Estamos asfixiando a la gente para teneros contentos a vosotros, y nos tocáis los cojones con esta mierda. Aquí había guiñoles de esos y los quitamos porque no os gustaban.
S.: Una mierda los quitasteis por eso... no me tangues, Mariano.
R.: Bueno, vale... no fue por eso... pero hazme ese favor Nico. Con la que tenemos montada si no ganamos en los deportes, ni siquiera, la gente va a salir a la calle como en Grecia.
S.: Como máximo lo que puedo hacer es que no lo pongan en prime time. Nada más.
R.: ¿Pero qué me importa a mi a lo hora que lo pongas, si no estamos allí para verlo?... lo que te digo es que le deis caña a otros... 
S.: Pues no hay nada que hacer, Mariano... además me estáis hartando con la fama de enano que me estáis poniendo allí.
R.: Pues que ten por culo, enano cabrón....
R.: Ostia perdona, Nico... que se me ha ido la olla. Vale, lo que tu digas... no me lo tengas en cuenta en Europa.

Porque dicho sea de paso, aquí siempre hemos sido de reírnos de todo y de todos. Pero tenemos muy poco aguante. Nos creemos más graciosos que nadie. Somos unos cachondos. La gracia que nos hace cuando alguien se cae, y cuando uno se cae no nos hace ni puta gracia.



2 comentarios:

  1. jajajajjaja, buenísimos diálogos. Me descojono. Abz

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  2. Mas razón que un santo, nos ha faltado quemar algún carrefour para desquitarnos, cuanto exaltao...

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