miércoles, 18 de enero de 2012

PARA QUÉ UNA VIDA NORMAL SI PUEDES COMPLICARLA


Ya empezó su madre a molestar con el nombre de Mandy Sandy. Sabido es de sobra que lo que mal empieza mal acaba. Y un nombre así te persigue de por vida. La bella Mandy Sandy había escapado de la maldición impuesta por su nombre hasta que un día se miró en el espejo y se percató de que su talla pectoral no hacía juego con su nombre de meretriz. Así que, ante la duda de si el conjunto "nombre-tetas" armonizada, decidió pedir consejo a su novio-cómplice.
Seguro que fue algo así:
Mandy Sandy: - Estoy pensando en siliconar mis tetas. Creo que son un poco pequeñas. Tú que dices, aumento un par de tallas...o me las dejo así, al natural. Un par de tallitas no va mal, ¿no?
Novio: - Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.
Y esto ya no tenía marcha atrás. Una vez que se toma una decisión de este tipo no se gira la cabeza. Cuan caballo de picador Mandy Sandy sólo veía su gran objetivo (grandes en este caso), sin percibir aliento alguno de sensatez. Igual da no disponer de fondos. Si no hay se buscan. Así pues, Mandy Sandy decidió que invertir sus ahorros en tetas nuevas no era apropiado, y sí lo era atracar el banco donde honradamente trabajaba. Gran decisión, Mandy Ese. Y el novio de Mandy Sandy, cegado por la oportunidad de hundir su cabeza en un entreteto de la 120, se apuntó sin miramientos al operativo. Ya la tenemos formada.
A partir de aquí todo sencillo. Mandy Sandy crea desde dentro un momento perfecto para que su novio, pistola en mano, entre y atraque el banco. Y se lleva....95.000 €. ¡¡¡Pero muchacha, ¿que te quieres poner?, ¿las tetas de Lolo Ferrari?!!! No te lo gastes todo en tetas, alma cándida, que corres el riesgo de rozar lo chabacano. Con ese pastizal te las puedas hacer de mármol.
Y como 95.000 € dan para esculpir a Pavarotti en silicona, pues a la chica se la fue la mano. Después de pasar por quirófano, en su vuelta al trabajo, no pudo disimular sus estrenadas hiperbólicas protuberancias, y esto llamó mucho la atención en el banco. Así que un avispado, sagaz donde los haya, siguiendo las reglas básicas de la lógica deductiva y apoyándose en un sms delatador, desmonta la operación en menos que el novio se excitó al ver las nuevas tetas de Mandy.
La ecuación es como sigue: 
Robo de banco + Mandy S con grandes tetas nuevas + sms implicatorio = Mandy Sandy es gilipollas + 3 años de cárcel para ella y su novio.
Y es que ahorrar ya no se lleva. 
Y todo esto nos debe llevar a reflexionar sobre la capacidad que tenemos de complicarnos la vida. Tengo entendido que sobre este tema el Sr. Urdangarín sabe un rato. Podría dar algún curso, pero no creo que pudiéramos pagar sus honorarios. El pobre. Creo que el Rey del disgusto ya ni monta en la moto. Y es que complicarse la vida es sencillo...y vivir, sencillamente, es complicado.


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