miércoles, 11 de enero de 2012

VAMOS A CONTAR VERDADES

En España somos muy de encumbrar al personal aún habiendo hecho muy pocos méritos para ello. Ha pasado, pasa y pasará. Parece que todos queremos tener un amigo famoso, futbolista o futbolista famoso para poder contárselo a los demás. Ese hecho hace que se nos infle el pecho como a un palomo y creemos que las miradas que nos dirijen son diferentes a las proyectadas al resto de los mortales. Así somos. Deprimente.
Algo parecido pasa con ciertas profesiones. Médicos que se creen semidioses, comportándose como si el resto de los humanos, estuvieran infectados por alguna enfermedad mental que los hace inferiores, sin ningún interés de encontrar la vacuna. Les va bien así. 
Arquitectos manejando la burbuja inmobiliaria, hasta que explosionó. Figuras en el escalafón de la construcción. 
Y periodistas actuando en los medios, volcando la balanza hacia el rojo o el azul, según interés. Periodistas que olvidan el rigor sólo por conseguir un titular rompedor, o dar cera al contrincante político. 
Y esto último me preocupa sobremanera. Leer los periódicos me provoca una tristeza extrema. A diario. Casi siempre por lo que escriben. Y otras por como lo escriben. 

Mi objetivo es utilizar este espacio personal para comentar noticias cuya misión haya sido desinformar, y dar mi punto de vista sobre la verdad de la información.

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