miércoles, 18 de abril de 2012

GRANDES MENTIRAS VERDADERAS

Me gusta mucho este foto-montaje. Ciertamente no es muy original, pero los semblantes de ambos personajes ilustran muy bien la situación. Serviría como portada para el grupo que mi amigo Carlos Puerto ha creado en facebook: Argentina ha expropiado YPF Repsol... ¡Nacionalicemos nosotros a Messi¡ Los grandes aficionados al fútbol solemos extrapolar cualquier situación al ámbito futbolístico, aunque Messi es más importante para Argentina que YPF para España. 

Allá por el año 1993 los Kirchner apoyaron la privatización parcial de YPF, para después vender su 5% a Respsol al módico precio de 600 millones de dólares. Años más tarde Cristina nacionaliza la compañia, o gran parte de ella. Gran jugada para el equipo Kirchner. Pero eso no es nada comparado con reclutar a Messi con 13 años para jugar en la liga española. En definitiva, ahora estamos empatados: los españoles tenemos a Messi, robado cuando era preadolescente, y Argentina tiene a YPF, robada cuando... bueno.. robada. Aún así el empate no es total, porque Messi con la albiceleste no le mete un gol al arcoiris.
Y esto me hace "pensar" en las grandes diferencias y similitudes entre Argentinos y Españoles. Echemos un vistazo:

- Españoles y argentinos hablamos el mismo idioma: en varias ocasiones he oído que los argentinos son italianos que hablan español. Maradona fue uno de los que afirmó tal extremo. Y teniendo en cuenta que el rigor científico de wikipedia supera con creces la fiabilidad de las palabras de El Pelusa, me atrevo a pensar que esta afirmación es incorrecta. Si todos sabemos que el idioma italiano es igual que el castellano, pero hablado despacio y con los yemas de los dedos juntas y apuntando hacia arriba... pues, hostia... ¡¡los argentinos hablan italiano¡¡ Excepto Jorge Valdano, que habla chino. Error.

- Argentinos y españoles son grandes apasionados del fútbol: esto podría ser verdad si a lo que juegan en Argentina fuese fútbol. Que no lo es. Supongo que los ingleses pensarán lo mismo del fútbol español, pero me niego a creer que pasarse la pelota en el centro del campo, la mayoría del tiempo andando, marcar un gol cada seis meses, que el público haga una avalancha con varios muertos y quemar alguna moto en las gradas para lanzarla al cesped, sea fútbol. No sé que deporte es ese, pero fútbol no. Yo lo llamaría lanzamiento de moto ardiendo, con avalancha de fondo y futbolistas corriendo, todo ello adornado con una lluvia de pelotas de goma disparadas por tipos con casco. Sé que es algo largo, pero lo resumiría en quema la moto y maricón el último. Otro error.

- Españoles y argentinos son muy familiares: y con esto me refiero a que tiene apego a la familia y promueven reuniones periódicas. Esto podría ser verdad, pero es una tapadera. En el caso español se utilizan los encuentros familiares para cagarse en la puta madre del cuñado de turno, tras acabarse una botella de vino. Eso sí, buen vino. Si se llega a las manos, todo perfecto. En el caso argentino, se utilizan para comerle la oreja al cuñado, y autoconvencerse de que Gardel no es Uruguayo. Pocas situaciones son más extremas que dos argentinos discutiendo. Si el cuñado asoma un hilillo de sangre por la oreja todo está correcto. Realmente en ambos casos esto se hace para ahorrarse el dinero del psicólogo.  

- Argentinos y españoles son grandes aficionados a la lectura: aquí el minipunto es argentino. Los argentinos son capaces de leer cualquier libro. Si es de un autor desconocido, mucho mejor. Si no te enteras de nada de lo que estás leyendo, muchísimo mejor. Si las palabras son raras y en desuso, sublime. Da igual. Lo único que pretenden es memorizar alguna frase que no quiera decir nada, pero que en su esencia parezca que explica el sentido de la vida, y soltársela al cuñado en una comida familiar. Pero el cuñado ha hecho lo mismo, y entonces empieza el lío. Una interminable conversación de dos tipos diciendo nada, sin parar de hablar y gesticular, y bebiendo un líquido turbio caliente, con una pajita. De cualquier manera, el tanto es para los argentinos, porque los españoles sólo podemos leer revistas de cotilleo, prensa deportiva y biografías no autorizadas. 

No hace mucho leí que el límite del humor es el nacionalismo. Espero que no sea así. Para mí, si existe, el límite del humor está en el insulto. Y riéndonos de nosotros mismos no insultamos a nadie. Con la situación actual hay que ser serios, estar atentos, interesarse por la situación, intentar cambiarla, aprender, crecer, trabajar, ayudar...pero que no nos expropien el humor, porque entonces sí seríamos todos iguales.

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